EL PADRE RICO EXPLICA EL GRAN PROBLEMA DE SER AUTOEMPLEADO

El Padre Rico explica el problema de ser auto empleado.

El Padre Rico de Kiyosaki comenzó a crear su fortuna como autoempleado. Entonces, ¿por qué menciona que puede ser un gran problema?

Las personas suelen iniciar un negocio para hacer redituable algo que saben hacer bien. Por ejemplo, alguien que le gusta cocinar y lo sabe hacer bien, comienza a pensar en tener un negocio propio, un restaurante tal vez. Pero lo que comienza como un sueño de libertad financiera, puede convertirse en su peor pesadilla.

Veamos la explicación que el Padre Rico tiene para apoyar tal afirmación.

El Padre Rico no tenía nada en contra de los autoempleados, de hecho, él comenzó su imperio siendo uno, el problema es no conocer la diferencia entre iniciar un emprendimiento para ser un empresario e iniciar un emprendimiento para ser un autoesclavo. Seguramente deseas ser dueño de un negocio y no dueño de un empleo.

Si vas a ser la persona que afronte los riesgos, será necesario que tengas en mente todo el tiempo, inclusive desde antes de iniciar el negocio, el fin por el cual lo estás haciendo. Es tan fácil dejarse absorber por la cantidad de tareas que implica iniciar un nuevo proyecto, que quizás, si no elaboras un buen plan desde el principio, no logres ver el punto en el que tu autoempleo te absorbió la vida con el doble de responsabilidades que tenías en tu trabajo anterior.

Volvamos al ejemplo de una persona que tiene habilidades en la cocina y decide ponerse una casa de comidas.

Jorge decide ser su propio jefe.

Jorge no posee mucho capital ahorrado, pero tiene muchos deseos de dejar de estar esclavizado en su empleo como oficinista, por lo tanto piensa que es el momento adecuado para lanzar su propio negocio. La cocina es algo que realmente le gusta y con más fe que estudio de mercado, inicia su emprendimiento. Su aporte será de algo de dinero, mucho tiempo y mucho esfuerzo, lo sabe, pero está dispuesto a pagar el precio con tal de lograr la libertad financiera.

Alquila un local en una zona modesta, de medidas pequeñas, contrata a un amigo para que atienda a las mesas, un familiar para que cobre, un ayudante de cocina y él mismo se encargará de la elaboración de los alimentos para ahorrarse los costos de una persona.

Su cálculo inicial fue bastante simple, pensó que no era tan importante dedicarle mucho tiempo a esta etapa, después de todo, necesitaba lo mismo que cualquier restaurante,  el mobiliario del lugar (mesas, sillas etc.) así como todo el equipamiento de cocina, pagar el alquiler, pagarle a los empleados y demás cosas que seguramente iría apareciendo. Nada que no pudiera ir resolviendo, pensaba.

El negocio comenzó a marchar, la comida era realmente buena y los precios eran bajos, esto era parte de su estrategia para atraer clientes rápidamente, la capacidad del lugar estaba siempre llena, pero claro, un detalle es que era tan pequeño que no era muy difícil colmarlo.

El tiempo pasaba y todo marchaba como Jorge lo planeó, salvo por algunos detalles que comenzaron a salir a la luz. Comenzó a darse cuenta que su negocio no era escalable. La zona en la que se encontraba, no le permitía expandir más la dimensión de su local, por lo tanto no podía crecer, aunque le fuera bien. Pensó que podría alquilar otro local más grande en un lugar cercano para no perder los clientes que tanto esfuerzo le había costado conseguir, pero también se dio cuenta que no existía un lugar así, en una buena ubicación a menos de 15 cuadras de distancia.  Comenzó a preguntarse si sus clientes actuales se tomarían el trabajo de ir hasta su nueva ubicación, si no pararían en las casas de comida que estaban de camino, y si tendrían tiempo para hacer este trayecto. Se dio cuenta que ni siquiera había reparado en conocer a sus clientes antes de armar su negocio.

Algo estaba más que claro, Jorge había planeado un autoempleo perfecto, no un negocio.

Siempre es bueno tener un mentor, o un asesor a quien consultarle antes de iniciar un negocio.

Se encontró trabajando 18 h por día, el doble de lo que trabajaba en su empleo anterior y solo “descansaba” los domingos, que aprovechaba para cerrar las cuentas del negocio y alguna que otra tarea que no podía hacer en la semana por falta de tiempo. Se consolaba con que estaba ganaba un 100% más que en su empleo anterior, pero sabía que ahora era distinto porque él estaba corriendo con todos los riesgos del negocio.

No podía tomarse vacaciones, no podía enfermarse, no podía contratar más personas porque aun trabajando al máximo de su capacidad, su casa de comidas no le daba tanta ganancia como para darse el lujo de contratar un cocinero. Había encontrado otro gran error en su plan. Él se estaba pagando un sueldo como empleado, pero no como dueño. Nunca calculó que él, además de cobrar como el chef del lugar, debía cobrar como dueño e inversor, por lo tanto debería haber sacado los costos para poder pagarle a un cocinero (él mismo) y además a la persona que ponía el dinero (él mismo).

”Si por lo menos hubiera calculado esto (pensaba), hoy podría contratar a un empleado, tomarme algunos días libres al año y aun seguir ganando dinero“.

Su vida siguió este nivel agotador por un largo tiempo, por lo menos tenía su propio emprendimiento y no estaba perdiendo dinero. Hasta que lo que tanto se temía, pasó. Su ayudante de cocina se enfermó y a la vez, su amigo necesitaba pedirle algunos días libres porque su mamá estaba muy enferma. A su amigo no debería pagarle mientras no trabajaba, pero al ayudante de cocina sí, porque faltaba por enfermedad. Ahora sí tenía cuatro grandes problemas, conseguir personal calificado de manera urgente, capacitarlo, pagarle a una persona que no iría a trabajar y pagarle a otra para que la reemplazaría.

El gran negocio de Jorge, dejó de ser rentable. Apenas ganaba lo mismo que en su empleo anterior, estaba estresado, no descansaba, sus empleados estaban mal pagados porque nunca pudo aumentarles, no estaban motivados y no había forma aparente de revertir esta situación.

¿Cómo podía no ser rentable un negocio que siempre trabajaba a su máxima capacidad? Jorge mismo, a esta altura, se había dado cuenta del problema: Había diseñado un plan para ser autoempleado, no un empresario. El negocio había estaba destinado al fracaso desde antes de empezar.

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El Padre Rico tenía bien en claro que él quería ser dueño de su negocio (D). El hecho de ser autoempleado (A) era solo un pasaje fugaz obligado dentro de su plan de negocio, un plan en el que tenía previsto lo que haría si le iba bien y si le iba mal.

Tenía bien en claro como expandirse, se pagaba un sueldo como empleado y también ganancias como inversor y dueño. Sabía que para esto necesitaba iniciar un negocio en una zona muy transitada, y si no conseguía una ubicación así, era mejor no iniciar el proyecto. Si era necesario esperar a reunir algo más de dinero lo haría o buscaría la forma de apalancarse con algún préstamo o tal vez incluyendo algún inversor externo momentáneamente, pero su negocio debía tener la capacidad suficiente como para que le permitiera ser muy rentable.

Lo que deseo con este artículo, es que comprendas como los negocios pueden ser planeados para el  éxito o para el fracaso desde el principio, para la libertad o la esclavitud. Esto puede ser un gran peligro o una gran ventaja.

“Tu mayor peligro, es lo que desconoces.“ – Padre Rico.

Hoy, ya conoces esta clave tan importante, por lo tanto, lo que hasta hace algunos momentos era tu mayor peligro, acaba de convertirse en una gran ventaja. Si ya tenías en mente este tema, es bueno reforzarlo porque es algo tan importante que puede hacer que tu negocio incremente las posibilidades de éxito, desde antes de iniciarlo.

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Te dejo mis cordiales saludos,
Martín Omar