Este texto forma parte de un relato lleno de grandes lecciones, de un hombre que descubrió su negocio dos veces, la primera vez como un juego, y la segunda estando 3 meses en cama, prácticamente inmovilizado, luego de sufrir un grave accidente.
Si tu intención es crear un negocio empezando desde abajo y hacer dinero sin dinero, la experiencia de este hombre es algo que realmente valorarás.
El gaucho argentino.
Para comprender el trasfondo de la historia de Gabo Nazar, voy a empezar por contarte un poco la esencia de la marca que él creó.
Cardón es una empresa Argentina muy exitosa que fabrica y vende indumentaria y accesorios de indumentaria que se caracteriza por tener un estilo que revaloriza la estética del hombre de campo (el gaucho). Argentina es un país con grandes extensiones de campo, por lo cual la marca se dedicó en parte a realzar la propia identidad del país.
Nazar se crió en un pueblito a las fueras de la gran ciudad, con una familia normal, que le daba mucha importancia al trabajo, al estudio y a los valores. Desde chico, tuvo inquietudes de emprendedor, pero no contaba con los conocimientos necesarios para crear empresas, aunque sí tuvo un gran referente.
Su abuelo era un médico de pueblo, y los médicos de pueblitos chicos, se caracterizan por saber hacer de todo, obligados por las circunstancias precarias. Pero además era un gran emprendedor, que tenía la habilidad de detectar oportunidades, que como Gabo aclara:
“En realidad, las oportunidades eran necesidades”.
Su abuelo era un hacedor social pero no un gran empresario. Tenía una gran capacidad de pensar ideas, de armar y liderar equipos, logrando el apoyo de muchas personas. Así lograba por ejemplo levantar un colegio en el pueblo, de la nada, pero después, no tenía continuidad porque no sabía armar una estructura de gerenciamiento, por lo tanto, todos los emprendimientos económicos que realizaba, terminaban quebrando. Aún así, su abuelo fue un gran referente para él.
Respetando el mandato familiar, viajó a la ciudad para estudiar, no tenía muy en claro que quería hacer pero empezó a estudiar en la universidad la carrera de veterinaria ya que le gustaba el campo.
La oportunidad, en su hobby.
Como hobby, modificaba su ropa para que luciera más moderna, la pintaba a mano, le agregaba algún detalle decorativo, no eran grandes cambios, pero trataba de salir un poco de la vestimenta de campo tan tradicionalista. Él veía que el tipo de ropa que le gustaría vestir, no se vendía, y también notó que a sus amigos les gustaban sus arreglos y muchas veces le pedían si no podían modificar la ropa de ellos de una forma similar.
Él quería vestirse como un gaucho, pero saliendo un poco de lo tradicional, poniéndole una cuota de modernidad. No le gustaba ver como el hombre de campo terminaba sus tareas laborales y se cambiaba de “estilo” para ir hasta el pueblo, parecía que la ropa del gaucho era solo para trabajar y que para “vestir bien” estaba obligado a cambiar su estilo. Él tuvo la visión de crear a futuro, una colección de indumentaria basada en la cultura del hombre de campo, respetando esas raíces, pero que tuviera un estilo distintivo, y de gran calidad.
Como había aprendido de su abuelo, comenzó a ver que estaba ante una necesidad, no solo de él, sino también de sus familiares, amigos y vecinos, y esto era sinónimo de oportunidad, aunque como suele pasar, pareciera ser que las oportunidades se presentan en un momento donde el dinero no acompaña la “suerte”, porque Gabo no tenía dinero.
Pero esto no le fue de obstáculo, su familia lo había preparado para empezar desde abajo, trabajo duro y estudiar a la vez, por eso empezó a confeccionar cintos en cuero, algo que prácticamente no requería de inversión.
Al principio, mientras se juntaba a estudiar con amigos, les pedía ayuda para fabricar los cintos, se dividían las tareas, uno cortaba, otro cosía, pintaba o colocaba las hebillas, y al final del día tenía 50 cintos, mientras la pasaban bien. Como forma de pago, le regalaba uno a cada uno y así comenzó vendiendo su producto en talabarterías (casas que venden artículos de cuero).
La crisis que mató su negocio.
Los productos se vendían cada vez mejor, entonces Nazar sintió que debía seguir con ese proyecto, por lo que decidió dejar la facultad y volvió a su pueblo para dedicarse de lleno a esta tarea. Totalmente decidido, con el dinero ganado abrió un local en una casa antigua que recicló y comenzó a explorar formas de comercialización para sus productos.
Habían canales que funcionaban de a ratos, zonas en las que por momentos se vendían muy bien y otras veces no, y hasta logró exportar, pero luego se desencadeno la crisis mexicana conocida como “Efecto Tequila” (en México a esta crisis se la conoce como “Error de Diciembre”) y tuvo un gran impacto en las pymes Argentinas del interior del país, donde de un momento a otro, se cortó la cadena de pagos y se encontró con una situación tremendamente crítica:
“En un momento, tenía una caja de cartón, llena de cheques rechazados.
Todo se vino abajo. Otra vez a empezar desde cero.”
El accidente y la desilusión.
Comenzó nuevamente a buscar clientes, y llegó a recorrer en el año 1995 aproximadamente 200.000 kilómetros para vender sus productos, hasta que un año después sufrió un terrible accidente con su auto (carro) que lo obligó a estar en la cama inmovilizado por 3 meses. Esta situación personal fue muy traumática y lo obligó a cuestionar y replantear todo su negocio.
Nazar decidió que no iba a dedicarle su vida a una empresa intrascendente y que se iba a dedicar a pescar porque era algo que le encantaba y que no lo estaba haciendo producto de la gran demanda de tiempo que su negocio le exigía. Quería volver a juntarse con amigos y a leer, tenía muchas cosas postergadas y el negocio y la economía habían sido muy ingratos con él.
El replanteo del negocio.
Pero un emprendedor no puede dejar su vicio así sin más, por eso, aunque seguía un tanto desilusionado por la cadena de hechos críticos que venía viviendo, igualmente comenzó a pensar cómo debería ser la compañía a la que realmente valiera la pena dedicarle la vida.
Al tiempo, empezó a dar de baja al modelo de negocio que tenía, porque sentía que ya que no daba para más, era una decisión difícil pero estaba obligado a salir de su “zona de confort” para cambiar completamente la forma de llevar adelante el negocio. Comenzó a hablar con sus clientes para comentarles de su decisión, pero también les decía que tenía en mente algo nuevo, que pronto les comunicaría.
Tres meses en cama, inmovilizado, durmiendo de costado, le dio a Nazar el tiempo suficiente como para desilusionarse, reanimarse y dedicarse a pensar, en vez de seguir corriendo sin rumbo.
Y tomó una importante y riesgosa decisión que fue no vender más los productos de Cardón a locales que vendían varias marcas, que era lo que venía haciendo hasta el momento.
Empezó a idear la forma de construir una red de locales solo con su marca, aunque había que ser realista, él no contaba con el dinero para semejante proyecto, y aquí es donde Nazar tiene que agradecerla a la vida el accidente que tuvo, porque se le ocurrió proponerle a los mismos clientes a los que le vendía, ponerse en sociedad para crear franquicias de su marca, franquicias que solamente vendieran productos Cardón.
La única condición que ponía, era que sean personas comprometidas con el mensaje y la filosofía de la marca, personas que compartieran su visión, y que estuvieran dispuestas a hacer lo necesario, para que el valor de la marca creciera con el tiempo.
Sacrificó casi por completo el modelo y la red comercial que tenía y comenzó a desarrollar todo el sistema de franquicias. Él afirma que el proceso fue muy difícil, porque hasta que se logra la escala adecuada se hace complejo apalancar el negocio. Le llevó mucho tiempo y fue como dar un gran salto al vacío, pero logró hacerlo funcionar por estar convencido que el sistema de franquicia era una mejor alternativa para todos, y además, tenía muy en claro que solo no podría lograrlo.
La visión que quería para Cardón era lograr ser la primera marca tradicional Argentina como lo imaginó mientras estaba haciendo reposo luego del accidente. Su misión era promover el desarrollo cultural, como bien resume en dos palabras el slogan de la marca: “Cosas nuestras”, pero también quería que la propia comunidad pudiera participar en las ganancias y así hacer un aporte económico y social, donde todos los integrantes de la cadena de valor pudieran salir beneficiados.
Nazar no se cansa de repetir que todo lo que logró la compañía, fue posible por el trabajo en equipo de muchas personas (en red) buscando un fin común y respetando las raíces de la marca, siendo fiel a la estética cultural a lo largo del tiempo.
Para él, Cardón es un grupo de pequeñas empresitas asociadas, donde hay 130 emprendedores en una gran familia donde trabajan 2500 personas.
Esta cronología resume la historia de Cardón, haciendo click en la imagen de abajo podrás ver en grande, el gráfico que muestra la cantidad de franquicias que se fueron abriendo año a año, algo que explica sin palabras, el enorme poder del apalancamiento.
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Espero que esta historia te haya gustado, tanto como a mí. Por momentos es una historia muy cruda, es difícil no desanimarse o no entrar en depresión cuando las finanzas personales y el físico están en una situación crítica, pero este testimonio también nos muestra que también es difícil que las circunstancias sean más fuertes que el corazón de un ser humano decidido a salir adelante.
Sé que hay muchas personas sin dinero, endeudadas o viviendo con lo justo leen mis artículos. También muchas veces suelen pedirme ejemplos de cómo hacer dinero sin dinero, y esta historia muestra parte de la salida a esas dos situaciones, por eso quería compartirla y mencionar uno de los puntos más importantes del relato. Cuando estuvo 3 meses en cama, durmiendo de costado por el accidente, no le quedó otra cosa por hacer que calmarse y pensar. Venía corriendo para sacar adelante el negocio, trabajando horas y horas recorriendo cientos de kilómetros, pero aún así no podía salir adelante. La solución, recién la encontró cuando dejó de correr, se obligó a replantearse los hechos y decidió cambiar.
Tuvo que hacer algo que fue más duro que la crisis y que el accidente, enfrentarse con la realidad y reconocer que por más que siguiera corriendo, el rumbo que estaba siguiendo no lo llevaría a ningún lado. Le daba miedo su propia conclusión, pero estaba frente a una realidad: tenía que estar dispuesto a cambiar y prepararse para dar un salto a lo desconocido, a un nuevo negocio.
La vida de esta persona, no dista de la de muchas que día a día trabajan más y más sin encontrar el rumbo, sin poder salir adelante. Pero a veces, la solución está en frenar, mirar un poco alrededor y ver si realmente se está corriendo hacia un objetivo, o si la única “estrategia” es correr y correr, esperando que algo cambie solo.
“El primer gran cambio, es reconocer, y prepararse para el cambio”.
Todas las franquicias y los frutos que obtuvo Gabo Nazar, fueron en gran parte producto de ese cambio. Al día de hoy, hasta él mismo se sorprende al mirar para atrás y pensar que toda esta aventura empezó simplemente con la humilde fabricación a mano de cintos de cuero.
Deja tu comentario debajo.
Te dejo un cordial saludo.
Martín Omar.
Martin al fin logro terminar de leer el articulo (con tanto trabajo no me da tiempo 🙂 y puedo comentarlo…
Primero como ya sabes a mi hicieron falta mis 3 meses así no hubiese quebrado y bueno luego me tuve que replantear todo… pero agregaría a eso que en la etapa mas oscura de mi emprendimiento mientras mas tratábamos de salir mas nos hundíamos… era como estar en el fango y moverte como desesperado entonces que ocurre… cuando estas en esos momento necesitas darte un tiempo respirar y ver exactamente cual es la madres de los pollitos… como lo hiso Gabo Nazar al darse cuenta que la forma en que distribuía su producto era una lata que le esta haciendo trabajar en exceso y ganar poco…
Y eso me lleva a mi segundo punto… un buen sistema te puede volver rico… un sistema deficiente te hará trabajar mas que cualquier empleado y ganar lo mismo que este o quizás menos.
Saludos desde Bolivia!!!
Oswaldo, estás hablando desde la experiencia y eso es un gran aporte. No importa que no haya terminado con éxito, se nota que esto te hizo crecer mucho, porque no estás renegando de tu situación, por el contrario, estás súper conciente de que si el sistema se arma bien y el mercado acompaña, el éxito es bastante predecible.
Muchas gracias por dejar este comentario.
Te dejo un cordial saludo,
Martín Omar.
QUÉ GRAN HISTORIA, LA VERDAD ES QUE LO IMPORTANTE ES CONTROLAR EL MIEDO Y SÍ REPLANTEARSE EL «CÓMO» LOGRARLO, Y TAMBIÉN QUE ES NECESARIO PEDIR AYUDA, PUES A VECES QUEREMOS HACER LAS COSAS SOLOS.
Grácias, Martín Omar es un ejemplo de como perder el miedo, pero además ver en la dirección correcta, fijó sus objetivos y metas un ejemplo de perseverancia, un espiritu de fuerza de voluntad y fé; el creyó en si mismo y obtuvo grandes logros pero no desmayó en el camino; como reza un provervio mexicano, » cuando más obscura es la noche es por que va a amanecer. Gracias y Saludos.
Realmente, buena suerte o mala suerte, como el proverbio chino del soldado que se va a la guerra y antes de ,se quiebra un pie,a raiz de eso no va a la guerra.
Muy bueno Martin.gracias
Marco
Que gran historia. Realmente inspira y me anima a seguir adlante en la consecución d mis sueños. Gracias
Una excelente historia de los tiempos modernos, gracias por compartirla.
hola martin como estas ,tanto tiempo.
te cuento que el 30/3 cerre mi negocio, pero sigo .
ahora estoy viendo que fabricar , no me caigo solo tropiezo…..
esa es mi forma de pensar, no hay tiempo para llorar, eso solo retrasa el futuro.
gracias por tus aportes tan reales que me alientan a seguir.
Bueno Inés, quizás este tropiezo el día de mañana sea comparado a los 3 meses de cama que tuvo este emprendedor, los cuales sirvieron para replantear las cosas.
Creo que al pasado solo hay que mirarlo para aprender de los errores y recordar momentos felices, pero al futuro hay que llevar todo el potencial de lo aprendido. Este negocio nuevo lo arrancás desde un escalón más arriba porque el anterior te enseñó obligadamente muchas cosas, y por lo visto no te pudo doblegar, así que con esa actitud, en un momento hasta los problemas van a rendirse al verte venir como un rayo.
Saludos,
Martín Omar.
Que articulo tan genial, en mi opinion a esto es a lo que se refiere robert kiyosaki cuando habla de crear redes, no de irse a inscribir en Amway y cuanta empresa vea, Muchas Gracias Martin
es una historia magnifica yo aun no se como y cuando es que voy a tener éxito económico.
Increíble historia, Martín. Ciertamente, increíble…